El congreso “Educadores-as populares de Fe y Alegría en las nuevas fronteras del siglo XXI” que se inicia este 23 de octubre de 2020 se da en un contexto nunca antes vivido en la humanidad.
Palabras de apertura Congreso Carlos Fritzen SJ – Coordinador General FIFyA
Las consecuencias que ha originado la pandemia del Covid-19 vienen a hacer más graves las condiciones de vida de los sectores más excluidos, que nos empobrecen a todos, nos generan grandes retos y desafíos para todos y todas nosotras.
A propósito de la pandemia sanitaria del Covid 19 se agudizan más los cambios en las formas de ser, hacer, actuar, vivir, convivir y hasta de sentir.
Se agudizan las brechas pre existentes de acceso a la educación, calidad de la educación, cobertura educativa y condiciones de dotación y conectividad digital
Se visibilizan con más fuerza los grupos humanos vulnerables, llevando la peor parte las niñas y niños, los adolescentes, las mujeres y las personas ancianas … las personas que son subempleadas que viven de y en la calle, las migrantes que mueven su casa y las poblaciones indígenas
La crisis hace necesario que en todos los espacios, nos planteemos la necesidad de crear otro modelo de desarrollo que respete la casa común y que no genere tales niveles de desigualdad
En Fe y Alegría este camino lo transitamos trabajando por garantizar el Derecho Universal a la Educación de calidad
Este derecho debemos garantizarlo en todas partes y para todas las personas.
Estamos conscientes que estas nuevas fronteras y las grandes crisis de la humanidad en el siglo XXI provocan nuevas demandas y por tanto nuevos retos para educadores-as populares
No podemos perder tiempo. Todo se transforma rápidamente y las preguntas que subyacen hoy para Fe y Alegría son:
Frente a los retos del contexto, la presencialidad mezclada con virtualidad y el uso de las tecnologías de comunicación ¿cómo se transforma la educación popular en este siglo XXI?
Frente a los cambios de las relaciones humanas en cuanto a la economía, la educación, la familia y la cultura ¿cómo nos plantearemos el objetivo de la educación para transformar la especie humana en una verdadera humanidad?
En definitiva, para nosotros y nosotras como Educadoras y Educadores Populares, ¿cuál será el rol del maestro, de los docentes y las educadoras en esa nueva educación?
La Comisión que prepara este Congreso ya nos dirá de manera más extensa, pero tenemos la ilusión de que miles de personas de todas las Fe y Alegrías en el Mundo interactúen a través de este congreso, que implica tres fases: precongreso virtual, congreso presencial y post-congreso, alrededor de tres focos fundamentales:
1.Desafíos y nuevas fronteras de la educación popular en el siglo XXI
2.El rol del educador-a en las nuevas fronteras de la educación popular en el siglo XXI
3.La necesidad de trabajar en red en esas nuevas fronteras de la educación popular
La transformación de las personas para cambiar este mundo injusto y falto de equidad, aunque será un regalo de Dios, no nos vendrá dado desde las alturas.
Vendrá desde nuestro trabajo comprometido y cercano a la gente, será el resultado del trabajo individual y colectivo de los profesionales de la enseñanza, de los centros educativos, talleres de formación para el trabajo, de las escuelas para personas con capacidades diferenciadas, emisoras de radio educativa y desde las plataformas de educación a distancia que podamos desarrollar con calidad, innovación … con inclusión.
Un camino que pasa por el hecho de que dejemos de “ser escuelitas” en los barrios para convertirnos en centros con un proyecto educativo transformador en las fronteras del siglo XXI.
En ese camino, el liderazgo es de los maestros, docentes y educadoras. Son los actores que mayor incidencia tienen sobre los resultados, sobre la transformación que los alumnos/as logran en sus procesos de aprendizaje, de ser personas para los demás. Estos alumnos/as que nos ocupan y atendemos en el presente, alumnos/as que nos ilusionan y convocan para sacar el futuro que llevan dentro. Aquí y ahora.
Pero debemos estar conscientes que no podemos solos. Ningún educador o educadora puede hacer solo ni sola. La relación e interacción de Fe y Alegría como Movimiento demanda la organización de un trabajo de red de educadoreas-es para responder a las crisis, los retos y demandas sociales, que nos plantea la realidad … y hacia allá vamos.
En fin, como “movimiento” estamos en una reflexión constante de lo que acontece en la realidad, para actuar en consecuencia a los desafíos y oportunidades que ella plantea. Por esta razón invito a fomentar mayor colaboración dentro y fuera de la red, es importante tener presente la realidad local, sin perder de vista la visión global y las posibilidades de incidencia. Y este congreso es un momento privilegiado para esto.
Bienvenidos al Congreso que nos abre las puertas para ser Educadores y Educadoras Populares del Siglo XXI.