El Sacerdote Jesuita y Provincial de la Compañía de Jesús en Colombia, Hermann Rodríguez, ofreció algunas propuestas para reflexionar sobre el papel de los educadores y educadores de Fe y Alegría en la 48º edición del Congreso Internacional de Fe y Alegría, entre ellas está el que la educación que se imparte desde el movimiento debe transformar las realidades de injusticia que viven millones de seres humanos en el mundo.
De acuerdo con Rodríguez, estas injusticias no solo se enmarcan en la condición económica, política, social, sino también en todas las relaciones entre las personas en términos de género, de familia y cultural.
“Nos parece que esa forma de vivir el mundo como estamos viviéndolo, patrocinando y favoreciendo desigualdades entre los seres humanos es algo que Fe y Alegría siempre ha tratado de combatir con una educación que transforma las realidades en las que se inserta”, afirmó.
Agregó que la educación que ofrece Fe y Alegría debe construir alternativas y que no solo se critique al modelo existencial del ser humano, sino que proponga otras opciones para la construcción de la esperanza, “caminos nuevos para recorrer como pueblo de Dios en cada uno de nuestras naciones, que sea una propuesta que enriquezca las alternativas que tenemos en nuestros países y en nuestras comunidades”.
También dijo que la educación en Fe y Alegría tiene que formar para colaborar, esto significa trabajar juntos.
“Esa capacidad de los seres humanos, de los niños, también de los adultos, de los jóvenes de participar en un proyecto común y aportar todos siendo capaces de recibir, de dar y colaborar es algo fundamental en nuestro mundo de hoy. Creo yo que las redes, los nuevos modelos, las alianzas, los trabajos en conjunto, incluso con entidades del Estado, con entidades públicas y privadas, son alternativas muy importantes en nuestra propuesta educativa: educación para transformar, educación para construir, educación para colaborar”, expresó.
El Sacerdote Jesuita, Hermann Rodríguez, considera que otro punto para la reflexión en este Congreso es que la educación que se imparte en Fe y Alegría debe educar para el amor.
Enfatizó que el sentimiento del amor en la cultura católica y cristiana “es el centro de nuestra fe”.
En este sentido hizo referencia a La primera Carta de San Juan, en la cual se lee “Dios es amor y el que ama conoce a Dios” y cuestionó que si en el Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría no se educa para el amor “no se educa para la vida, para la humanidad, para la construcción de un mundo nuevo”.
El Provincial de la Compañía de Jesús contó una anécdota en la que a su juicio se palpa el cariño que siente la gente por Fe y Alegría:
“Ayer veía a una persona en la calle con un vestido de Fe y Alegría y me pareció extraordinario, una señora que estaba vendiendo unas cosas en una esquina, no me acerqué a preguntarle, pero me pareció muy hermoso que Fe y Alegría esté metida en el corazón de nuestro pueblo, en muchos sitios, en muchos lugares y ese corazón expresa el fundamento, el soporte de nuestra propuesta educativa que es la educación para el amor”, relató.
El quinto aspecto que destacó Rodríguez fue el de la educación para la trascendencia, el cual tiene que ver con educar en el camino para el encuentro con Dios.
“Él (Dios) quiere lo mejor para nosotros, como pueblo y como personas y también como comunidad, como familia”, dijo.
Aseguró que cuando el Papa Francisco devolvió a los jesuitas las Preferencias Apostólicas Universales les encomendó la tarea de mostrar el camino hacia Dios por medio de los ejercicios espirituales y el discernimiento.
El Sacerdote Jesuita cree que en primera instancia Fe y Alegría tiene la misión de mostrar el camino hacia a Dios a sus estudiantes, a los padres de familia, a las comunidades en donde este movimiento se inserta “de manea que ese amor, esa colaboración esa capacidad de construir propuestas, esa capacidad para transformar la realidad tenga como única inspiración el que tengamos una comunicación más profunda con un ser mayor a nosotros, que nos trasciende y que da el sentido profundo y último a nuestras existencias”.