La tercera jornada del Congreso Internacional de Fe y Alegría abre y nos convoca para buscar lineamientos y parámetros para reconstruir el rol que como educadores/as tenemos ante los desafíos que se le plantean a la educación popular.
Gehiomara Cedeño, Subdirectora Nacional de Fe y Alegría Ecuador y parte del Equipo de Coordinación Ejecutiva de la Federación Internacional Fe y Alegría en el Eje de Educación Popular, indicó en su presentación, cómo las diversas situaciones económicas y emocionales retan al educador y educadora a superar las barreras que surgen producto de problemáticas en las instituciones, familias y comunidades. Esta situación les conduce “a repensar su rol, buscando maneras creativas para hacerlas parte del proyecto educativo valorando los saberes y experiencias que ellos y ellas tienen”.
En esta línea destacó el rol de las familias, que se convierten en aliados principales de los educadores-as y los centros educativos en tiempos de pandemia. Apunta que, “lo que tenemos que pensar es cómo podemos aprovechar esas capacidades y experiencias en la escuela que viene”.
Cedeño también señaló que, en la actualidad se detecta una importante debilidad en el campo de la llamada frontera digital, por eso “hay que pensar y reflexionar en cómo la tecnología ya está presente en nuestra vida y también en la educación (y por eso) tener conciencia que la tecnología por sí misma no garantiza los aprendizajes”.
Por esto, planteó que los educadores deben priorizar su uso como mediación pedagógica en el proceso educativo.
Durante su exposición, advirtió que otro tema a profundizar en el rol de los educadores-as populares es la construcción de una ciudadanía basada en la ética “porque el contexto nos dice que se vulneran los derechos de los niños, niñas, adolescentes”. Asimismo, dijo que hace falta trabajar por una igualdad y equidad de género, en el cuidado del medio ambiente y en el desarrollo sostenible. “Por eso es muy importante tomarnos en serio el pilar político en la educación, sin este pilar no podemos transformar”.
La educadora llamó a sus colegas a ser actores sociales que generen prácticas y valores de ciudadanía.
Desde esta óptica, Cedeño cree que, este modo de proceder contribuye a formar ciudadanos-as que tengan mayores posibilidades para enfrentar la sociedad actual y los desafíos que ello implica.
El valor de los educadores-as
Durante décadas “los educadores-as han sido profesionales infravalorados, pero, sin ellos-as se pone en riesgo la educación y sin educación no podremos trabajar en la reducción de la pobreza y de las desigualdades”.
Para que la educación pueda ser transformadora se requieren “educadores y educadoras con actitud, vocación de servicio, formación continua y reconocer su labor como agentes de cambio social”.
Al cierre de su intervención hizo un llamado a todo el Movimiento para mejorar las condiciones socioeconómicas de los educadores populares. “Es un reto para Fe y Alegría que los educadores estén motivados para motivar y también estén esperanzados para que puedan brindar esperanza”.
Te invitamos a revivir el encuentro de hoy.